¿Cómo esta tu autoexigencia y tu capacidad para relativizar?
Según la Medicina Tradicional China, nuestro sistema energético del Elemento Madera, cuya actividad mental se llama Hun, es nuestra primera barrera de defensa emocional y de él emana nuestra capacidad de dar la importancia adecuadaa las cosas que nos suceden y a las exigencias que nos planteamos. Cuando este Hun se desequilibra no deja espacio para el error ni el disfrute, solo para la exigencia, la perfección y la productividad.
Solemos ver la autoexigencia como una cualidad positiva, pero esto no es siempre así. Evidentemente para lograr nuestros objetivos, superarnos y sentirnos realizados debemos exigirnos y eso es muy bueno. Sin embargo si nuestro nivel de exigencia nos hace que dejemos de disfrutar del proceso, de aquello que hacemos para conseguir el objetivo que nos hemos propuesto, debemos replantearnos la situación. Si nuestra autoexigencia es demasiado elevada, es posible que además hayas dejado que tus días no cuenten con muchos momentos de descanso, cuando el descanso es muy necesario para después rendir eficazmente en conseguir tus metas. Así que si has dejado de disfrutar te aconsejamos que empieces a:
Introducir “ momentos no productivos” en tu vida. Momentos de descanso para ti, que no estén relacionado con tus objetivos.
Mirar las cosas desde otra perspectiva. La “perfección” no existe y lo “perfecto” tampoco es lo mejor. Deja de poner el foco continuamente en lo que falta y de vez en cuando ponlo en lo que funciona y has conseguido.
Aprende a relativizar, porque la mayoría de las cosas que nos enfadan o afectan de alguna manera es porque no sabemos darle la importancia que se merecen y terminan robándonos la paz y la energía.
Párate a pensar lo grave que es ese problema o preocupación que tanto te afecta y tras esa reflexión, dale la importancia que se merece.
La mayor parte de las cosas que nos ocurren y que las percibimos como malas , en realidad ni son malas, ni buenas. Nosotros las etiquetamos. Muchas cosas que hemos sentido como malas han podido sacar lo mejor de nosotros. La mayor parte de las cosas que pensamos que nos van a ocurrir, nunca suceden.
Lo único que sucede es que se nos escapa la vida porque nuestra autoexigencia y darle tanta importancia a las cosas, no nos deja vivir, disfrutar y percibir todo lo maravilloso que tenemos en ella.
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