La mayoría de las veces supeditamos las relaciones a nuestros sentimientos. Si sentimos, seguimos al lado de una persona, pero si atravesamos momentos en que por los motivos que sean ( rutina, cansancio, estrés, problemas …) dejamos de sentir o no sentimos con la misma intensidad, empezamos a plantearnos si estamos o no en la relación adecuada.
Según la MTC, el amor, es energía y debe moverse en un continuo ciclo de generación.
Sentir, tener mariposas en el estómago, ese fuego, esa ilusión del principio es maravillosa. Nos hace sentir vivos, sentimos que la vida merece la pena ser vivida. Sin embargo ese es el amor del Shen, es el elemento Fuego, pero es una llama pero no arde siempre. Esa energía debe moverse y pasar a otros elementos en un continuo proceso de generación para mantener ese amor de pareja.
En ese proceso de generación existe el Hun, la actividad espiritual vinculada al elemento Madera. Este nos dice que el amor necesita actuación y exteriorización. Hay que hacer cosas por el otro, demostrar, incluso cuando esa llama del Shen esté apagada o en mínimos. Hay que demostrar, la energía amorosa necesita hechos para continuar, como el fuego necesita a la madera para seguir ardiendo. Y es que el amor debe ser efectivo ( Hun) y no sólo afectivo (Shen).
La energía del amor en este ciclo de generación debe pasar también por el elemento Tierra. El amor necesita una buena dosis de lógica, razonamiento, sentido común y el deseo de conciliar. Esto es el Yi, la energía de la Tierra. Este elemento Tierra nos dice que es más fácil mantener una relación entre dos personas en los que los niveles culturales, educativos y sociales sean similares. La forma de razonar, de enfrentarse a las diferentes situaciones, de buscar soluciones, de encarar los conflictos, de afrontar la educación de los hijos, va a ir mucho más en consonancia si la Tierra de ambos es similar. Si hay diferencias Tierra profundas, la energía se puede estancar aquí.
La energía del amor pasa también por el Elemento Metal. Su energía es el Po que es la sensibilidad. Poner el “ freno de mano” en muchas discusiones, no herir, no dañar, respetar al otro, la lealtad, la fidelidad, no discutir con el objetivo de llevar la razón sino con el de buscar soluciones, son algunas de las estrategias que permiten que la energía del Po no se dañe y siga alimentando este ciclo de generación en el amor.
El amor también requiere la voluntad de querer seguir queriendo al otro. Esto es el Zhi o la energía del elemento Agua. Sin esta voluntad, ante ciertos momentos difíciles y duros, por los que la mayoría de las relaciones pasan, el amor no se mantendría. El amor sin voluntad de amar, es apego, más que amor.
Solo permitiendo que la energía pase de un elemento a otro, no estancándola, no creyendo que el amor son solo sentimientos, sino también voluntad, conocimiento y respeto por sus ciclos podremos tener relaciones sanas y equilibradas.
El amor no es solo un sentimiento, requiere conocimiento. Por ello esto quizá te ayude a descubrir dónde, en qué elemento, se quedo estancada tu relación de pareja y aprender para volver a mover su energía o para que no te vuelva a ocurrir.
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