Cuando decidí estudiar Medicina China, era un mar de dudas. Entonces yo trabajaba para una empresa, con una vida relativamente cómoda y segura, pero nada desafiante ni motivadora. Si te soy sincera, lo que más me gustaba de mi vida en esta época, eran las horas en las que no me dedicaba a trabajar.
Llevaba tiempo buscando algo que me permitiera ampliar mi formación, depender de mi misma, sin continuas explicaciones ni presiones de jefes, tener mis propios horarios y mi marca personal en lo que hacía. Necesitaba más herramientas para ayudar a los demás, mi vocación, pero a la vez poder vivir de ella. Así que empecé a formarme en un montón de cosas, todo un maratón de cursos. En un año acumulé más títulos de los que podía contar en toda mi vida. Aunque hubo cosas que me gustaron, no logré identificarme plenamente con nada, dado mi natural “escepticismo” y mi visión científica de las cosas.
De siempre me había llamado la atención el pensamiento oriental, su forma de entender la salud y la enfermedad. Así que decidí que quizá la Medicina China pudiese completar ese vacío. Me apunté a un curso de tres años. A mitad de estos tres años, estuve a punto de abandonar porque no lograba entender de verdad porqué funcionaba este punto y no otro, porqué me tenía que estudiar cosas de memoria sin entenderlas y tampoco sabían explicarme el porqué de las cosas. Aceptaba las cosas por no dar demasiado la lata en clase, pero tal y como las aprendía …las olvidaba.
Finalicé los tres años y seguí intentando llenar todas esas lagunas que esta formación en Medicina China me habían dejado. Me apunté a un curso de fin de semana que la Dra. Natalia Salas impartía para personas que ya sabían de Medicina Tradicional China, sobre los Meridianos Tendinomusculares. Ya en las dos primeras horas de curso empecé a darme cuenta de que la Medicina China tenía una lógica aplastante, que complementa perfectamente a nuestra medicina y a nuestra psicología y por fin empecé a entender que eso era lo que había buscado durante mucho tiempo.
Le pedí a Natalia volver a aprender todo desde el principio. Me dió bases sólidas, entendimiento profundo de porqué este punto y no otro, sin memorizar, comprendiendo, interiorizando y fusionando este pensamiento oriental con nuestra medicina. Empecé a sentir seguridad en lo que hacía y en lo que decía. Cuando alguien me contaba un síntoma o una patología entendía lo que estaba ocurriendo en su cuerpo a nivel físico y emocional y automáticamente y casi sin darme cuenta lo traducía al lenguaje de la Medicina China haciendo un diagnóstico y tratamiento energético correcto. Me estaba convirtiendo en una persona” bilingüe” en el sentido de ser capaz de fusionar y complementar la visión del occidental con la oriental.
Sin duda empezar de nuevo estudiar la Medicina China de esta manera , ha sido la mejor decisión de mi vida a nivel personal y profesional.
Te cuento esta experiencia personal por si te sirve para ahorrarte el peregrinaje, gasto económico y de tiempo que tuve que hacer hasta llegar aquí. Si de verdad te apasiona ayudar y quieres hacerlo de una manera rigurosa y congruente, tienes la oportunidad de formar parte de nuestra próxima promoción y también hacerte personal y profesionalmente “bilingüe”, completando tu visión occidental con la visión de esta sabia medicina energética.
No te voy a engañar: hay que estudiar y es una inversión de tiempo y de dinero, pero te garantizo…es una inversión en ti y en tu profesión. Una inversión que en muy poco tiempo verás recompensada.
Pregúntame todo lo que necesites y sin compromiso y te explicaré todo en primera persona.
Pepa ( 627 680903)