La Reflexología podal es una técnica milenaria cuyos orígenes se remontan a la antigua China y Egipto. La reflexología moderna nace a principios del siglo XX de los trabajos médicos del estadounidense William Fitzgerald. Este médico observó que la aplicación de masaje en determinadas áreas de los pies, provoca un efecto anestésico en otras partes del cuerpo, sugiriendo que existe una relación entre diferentes áreas del pie y los distintos órganos del cuerpo.
Los pies son una de las partes más sensibles del organismo, especialmente en lo referente al dolor. En la corteza cerebral, la extensión del área sensitiva que corresponde a los pies es sorprendentemente amplia, mayor incluso que la correspondiente a los brazos, tórax, abdomen, etc. Esto explica la importancia sensitiva del pie.
Prácticamente todos los órganos o partes anatómicas que constituyen el cuerpo humano pueden reflejarse en los pies. Cualquier tipo de desequilibrio, sobrecarga o alteración del organismo puede manifestarse en los pies. Los pies actúan como una voz de alarma, avisando de que algo empieza a no funcionar bien en el organismo, incluso antes de que el propio cuerpo empiece a manifestar síntomas concretos.
Un golpe, una inflamación, una atrofia o un mal funcionamiento del cuerpo suelen quedar reflejados en los pies. Nos avisan de que algo no va bien, de que existe una amenaza para la salud. Los pies no distinguen el tipo de causa, solamente nos informan. Si la persona desea conocer la causa, dicha información compete al médico.
La capacidad del masaje de Reflexología podal para conseguir ese efecto radica en que, mediante la presión ejercida con las manos sobre la zona que se va a tratar, se transmiten impulsos nerviosos al cerebro, y de este órgano reflejado, mejorando la disfuncionalidad o el bloqueo existente. Hay dos vías distintas para tratar las zonas por presión sobre los pies.
Una de ellas es la aplicación de dicha presión sobre las zonas verticales/horizontales del pie (según los descubrimientos del doctor Fitzgerald), y la otra es la aplicación de la presión con los dedos sobre puntos concretos que están claramente determinados en los mapas reflexológicos podales (según el método de Eunice Ingham).
El masaje de Reflexología podal de nuestra consulta en Murcia representa una notable incidencia en la mejora vital. Mediante el masaje reflexológico conseguimos la capacidad de actuar sobre el punto reflejo de aquellas partes corporales que estén desarmonizadas en el individuo, para alcanzar su equilibrio y así facilitar su función.
Dado que los pies son una zona en general especialmente maltratada y descuidada (calzado inapropiado, estancias prolongadas de pie, ausencia de cuidados, etc.), la recepción de un masaje por presión en dicha zona permite experimentar una rápida revitalización, no solo de la zona si no también, como consecuencia del reflejo, de todos los órganos y sistemas corporales, notándose una sensación inmediata de fluidez, tranquilidad y sedación. Como consecuencia se puede establecer la correlación inmediata de mejoría en el aspecto físico general de la persona tratada de esa manera.
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Un buen tratamiento de Reflexología podal conlleva tres partes:
Es conveniente hacer, antes de comenzar el tratamiento, un masaje relajante en los pies, para adecuar y relajar a la persona.
El masaje de Reflexología podal está contraindicado en las siguientes situaciones:
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